LAS EMPRENDEDORAS DESAFÍAN LA CRISIS
Un estudio del Consejo Superior de Cámaras revela que en 2009, en pleno retroceso económico, más de un centenar de mujeres abrieron negocios propios en Asturias
Oviedo,
José Luis SALINAS
Asturias se distingue a nivel nacional por la actividad de sus emprendedoras. Así lo destaca un estudio realizado por el Consejo Superior de Cámaras. En plena caída del consumo y retroceso económico mundial, más de un centenar de mujeres abrieron en 2009 su propio negocio en la región.
Ana Vargas es una de las jóvenes que han decidido emprender una nueva aventura empresarial tras finalizar sus estudios de Odontología (tiene previsto inaugurar una nueva consulta en una céntrica calle de Oviedo en unos días). Asegura que realizar una inversión como la que está a punto de culminar en momentos de crisis «es arriesgado», pero su filosofía es que «para poder triunfar hay que arriesgarse».
Vargas fue una de las mujeres que durante los últimos años han participado en un programa impulsado por la Cámara de Comercio de Oviedo para fomentar la cultura empresarial entre las féminas. La entidad asturiana se encuentra en cabeza en un ranking confeccionado por el Consejo Superior de Cámaras en el que se pondera el número de usuarias, de demandas de asesoramiento, de empresas creadas y puestos de trabajo generados.
El perfil de la emprendedora asturiana es el de una mujer con estudios superiores y con edad entre 25 y 45 años, según los datos que maneja la Cámara de Comercio. La entidad asturiana puso en marcha este programa hace ocho años para dar ayuda y apoyo a las mujeres que quisieran emprender una nueva carrera profesional. Esta radiografía regional no difiere demasiado, según los datos de la Cámara, del perfil de emprendedora europea (licenciada universitaria, menor de 35 años, que ha abierto su empresa con otro socio). Todas estas características las cumple Ana Vargas.
«Llevaba desde el verano con la idea de montar mi propia empresa», explica la emprendedora, «y empezar desde cero me daba un poco de vértigo». La joven consiguió superar parte de ese miedo asociándose con Carlos Bousoño, un antiguo compañero del máster sobre Periodoncia que acaba de cursar en Oviedo, y el padre de éste, del mismo nombre que su hijo. «Cuando nunca has emprendido ninguna aventura empresarial todo te suena a chino y hay un montón de burocracia, por lo que una ayuda en materia de asesoramiento nunca viene mal», asegura Vargas.
Fuentes de la Cámara aseguran que hasta el momento el balance del programa es muy positivo: se han atendido más de 3.000 consultas de emprendedoras de la región que han fructificado con la creación de unas 800 empresas. Sólo durante el año 2009, uno de los más duros de la crisis económica, la iniciativa ha ayudado a la puesta en marcha de 121 nuevas compañías y contó con la participación de 363 usuarias.
La pequeña idea de esta joven de 26 años está a punto de ver la luz. En sólo unas semanas culminará la apertura de su establecimiento y terminará con más de seis meses de trabajo previo. «Es arriesgado porque la inversión ha sido grande, pero hay que ser valientes», apunta Ana Vargas.
Su iniciativa tiene más mérito si se compara con alguno de los datos que deja la crisis económica en el Principado. En el último año han «desaparecido» más de un millar de empresas de la región que estaban inscritas en la Seguridad Social. El ajuste se centró en la construcción y el comercio, con un gran retroceso en las cifras de ventas.
Precisamente por este último mercado ha sido por el que ha optado la emprendedora Carmen Treviño. Esta madrileña se trasladó hace un año al Principado buscando «mejorar su calidad de vida». Tenía una buena experiencia laboral como trabajadora por cuenta ajena, pero decidió dar el salto desde la capital española hasta Asturias para montar su propia tienda de ropa. Reconoce que por el momento no se ha puesto a hacer las cuentas de cuánto le ha costado su nueva aventura empresarial. «A mí me está gustando y me lo estoy pasando muy bien, quizá dentro de unos meses cuando me ponga a hacer números haya perdido dinero, pero por el momento no me lo planteo», señala Treviño. La caída del consumo no ha amedrentado a la madrileña. «Me decidí por una idea singular; la ropa con historia, como la llamo, en la que la filosofía es que las prendas no tienen por qué tener tan sólo una vida», apunta.
Las dos emprendedoras aseguran que para crear una nueva empresa en tiempos de crisis hay que combinar dos ingredientes fundamentales: tener una buena idea y mucho valor.